
No siempre fuí tan espiritual,
calmada y relajada...
Me encantaría decirte que siempre supe lo que quería en la vida, que siempre estuve muy conectada con mi espiritualidad y que desde pequeña tenía un sueño y que no me detuve hasta lograrlo. Pero no todas las historias son como los cuentos de hadas.
Formal, con el pelo lacio y rojo
Sí, asi mismo, tal cual como me ves en la foto. Vestida muy formal, con pelo lacio y rojo (Amo ese color de pelo) no lo uso ahora porque amo más mi libertad. Pero bueno, volvamos al tema.
Siendo muy joven empecé a trabajar en el área bancaria. En esa foto fué mi último trabajo como gerente de una coopertiva, y en aquel entonces siendo una ejecutiva financiera, mis únicos objetivos eran, cumplir las metas propuestas por la compañía y mantenerme delgada, (vivía en una constante lucha por estar flaca, sin ser gorda) y por supuesto salir a explorar cada vez que tuviera una oportunidad. En aquel momento lo único que quería descubrir era un lugar nuevo.
Y si ya estás esperando la parte dramática donde te cuento de una tragedia que cambió mi vida, descuida que como te dije al principio esta no es la típica historia de los cuentos de hagas, en este caso de una emprendedora. Pero sí hubo una sucesión de eventos que hoy en día llamo el despertar de mi alma. No fué algo que busqué pero dejé que me encontrara.
El día que me monté en un avión motivada por el amor...
Sabía que mi vida iba a cambiar, lo que no sabía era el rumbo que iba a tomar. En la foto me acompaña mami en el aereopuerto minutos antes de partir, contenta por mí y a la vez triste porque me iba lejos de ella.
La vida tenía planes para mí, pero yo no lo sabía.
Tan solo ocho meses de haber llegado a estados unidos, antes de poder siquiera reintegrarme a la vida laboral, me enfermé. Fuí diagnostica con Lupus y eso cambió el rumbo de mi vida, ya no importaba la vida laboral, ahora era cuestión de ocuparme de mi salud. Y buscar opciones que me brindaran una mejor calidad de vida, era mi prioridad. (siempre hay un propósito más grande detrás de cada situación).Esa búsqueda meramente por mejorar mi salud me llevó al camino de encontrarme con el propósito que Dios tenía para guardado para mí.
Pues sí, la enfermedad me puso de frente todo lo que debía sanar, y no era necesariamente el lupus.
Como ves, engordé unas 60lbs talvez más, la verdad no estoy segura, porque pesarme no era algo que me agradaba. Verme así gorda, lo que yo tanto temía y evitaba me hizo cuestionarme, ¿cómo es eso que debo aceptarme? No me gusta como estoy y no lo voy aceptar, debo hacer algo. Pero no olvidemos el hecho que estaba lidiando con una condición que apenas empezaba a conocer y una dieta y dos horas de ejercicios al día como acostumbraba no era una opción. Habían momentos que pararme de la cama era un acto de valentía.
Saquemos cuenta…
Estaba recién casada,(lejos de casa y de mi familia) empezando un vida nueva y estrenando un diagnóstico de una enfermedad autoinmune, la cual según la medicina moderna, no tiene cura. ¡Ahh! pero no olvidemos que estoy estrenando un cuerpo que desconozco y que no apruebo, lo rechazo al punto de esconderme para no salir en fotos.
Gracias a Dios que no me dejó sola con todo esto y me premió con un esposo maravilloso
que ha sido mi soporte, y parte clave para mi proceso de sanación…
Ya la ansiedad y el miedo se habían convertido en atáques de pánico, asi que busqué ayuda.
Y como nunca me he llevado bien con los medicamentos que te arreglan una cosa y te dañan otra, y total no dicen que la condición no tiene cura. Pues busqué ayuda en un centro holístico, donde pudiera tratarme de manera integral, porque eso era lo que necesitaba. Hice algunos cambios en la alimentación, empecé a meditar y a trabajar mis emociones, el cambio fué evidente. Pero el verdadero cambio empezó despúes…
Mi despertar
Empecé a trabajar con una coach en salud holística, con ella duré aproximadamente un año. En ese mismno centro hice más cursos y talleres y luego me certifiqué como Coach de vida, porque mi transformación era tan grande que yo no podía quedarme con eso yo sola. Ahora entiendo que no era más que parte de mi proceso para descubrir y conectar con mi propósito. Sandi Andersen, propietaria de Dharma Healing Center. ¡Gracias!
Todo era nuevo, diferente y muy interesante para mí, al punto que en ocaciones lo sentía abrumador. Es donde entra Veronica a mi vida, la conocí en uno de los tantos talleres que hice, un ser de luz que hacía que mi limitado nivel de conciencia en aquel momento entiendera lo que estaba pasando. Es una hermana del alma. De esas que nos regala la vida. Con Verónica hice coaching, reiki y hasta compartimos local en un momento. ¡Gracias Vero!
Ya que estaba un poco más encaminada, empecé abrir mis alas y a explorar el mundo que Sandi había abieto para mí. Empecé a trabajar en mi amor propio, a meditar para tratar la ansiedad. Y luego ya todo iba encajando con mucha facilidad. Estudié para certificarme como maestra de meditación, luego hice cursos de emprendimiento y espiritualidad, y cuantos libros se me ponían en frente los leía. Había encontrado mi camino, el lupus me lo mostró.
Tengo la dicha de que no he recorrido este camino sola.
Quién ha estado conmigo, cuidándome, apoyándome, siendo mi fan número uno,
haciendome sentir la mujer más bella aún cuando yo me sentía fea… mi esposo
Gracias mi amor, por ser y estar conmigo y enseñarme lo que es el amor.
Cada reto tiene su propósito, y para yo llegar aquí los tuve que vivir todos.
Desde el autodescubriento, sanar mi relación conmigo misma y aprender a poner todos mis talentos y habilidades a bailar juntos para diseñar la vida que nunca soñé, sí así mismo, nunca lo soñé, empecé a soñar luego de mi despertar y amo la vida que he creado y que continúo diseñando.
¡Asi que tú también puedes!